El calendario tiene una cita con Peique en El Bierzo

La historia del apellido Peique nació en Valtuille de Abajo. Un pueblo de no más de doscientos vecinos en El Bierzo, donde las anécdotas en torno al vino eran constantes en cada casa. Fue en 1999 cuando las tres generaciones de la familia Peique nos unimos en una aventura empresarial. Y desarrollamos el proyecto de una Bodega en el pueblo que nos vio nacer y criarnos entre viñas y barricas. Surgió de este modo Bodegas Peique, un compromiso sostenible con la vida. Un nexo entre el vino y la familia.

¡El calendario tiene una cita con Peique! En 2019 se cumplen veinte años desde que realizamos la primera vendimia en El Bierzo. Los vinos de la cosecha 1999 se grabaron en la memoria de Valtuille de Abajo, en las laderas donde el viñedo centenario alberga los secretos del tiempo, el clima y los suelos que han definido el carácter de la Mencía.

La clave estaba en el viñedo. Lo teníamos claro. Tres años antes de la vendimia del 1999 comenzamos a guiar las viñas que nuestros abuelos plantaron entre 1930 y 1950 como se abordaban los proyectos por entonces. Se guiaron por su instinto y ubicaron las cepas entre 450 y 600 metros de altitud, lo que minimiza el riesgo de heladas tardías. La influencia de un clima atlántico parcialmente continental, suave y templado, con un pluviometría mínima en verano y abundante en invierno, contribuye a que el ciclo de la vid y la maduración de la uva se produzcan de un modo óptimo.

Para comprender el origen vitivinícola de la familia Peique tenemos que remontarnos casi un siglo en el tiempo y pensar cómo se elaboraban los vinos en El Bierzo a principios del siglo XX.

LA HISTORIA DEL APELLIDO PEIQUE

La historia del apellido Peique que da nombre a nuestros vinos de familia en El Bierzo comienzan cuando Ramón Peique, el tío carnal de Luis Peique López (el padre de Mar, Luis y Jorge) empezó a elaborar vino en Valtuille de Abajo en 1912. Se denominó Bodega de Ramón Peique Fuente, donde se elaboraban 7.000 kilogramos de Mencía, Alicante bouschet y otras variedades autóctonas del Bierzo. La bodega era un local de 32 metros cuadrados y estaba ubicada en la planta baja de su casa. Tenía una capacidad de almacenamiento de 62,8 hectólitros repartidos en seis cubas, bocoys y toneles, y comercializaba 44 hectólitros al año.

Otra aportación fundamental  al crecimiento del viñedo familiar y a la formación vitivinícola de la familia Peique tuvo un responsable. Su nombre era Ramón Valle, el abuelo materno de Mar, Luis y Jorge Peique. Construyó su bodega en el año 1954, un local de 47 metros cuadrados, en la planta baja de su casa donde elaboraba 132 hectólitros de vino a partir de 20.300 kilogramos de  Mencía, Alicante bouschet y otras variedades autóctonas del Bierzo. La bodega tenía una capacidad de almacenamiento de 189 hectólitros repartidos en tres depósitos de hormigón y cuatro cubas de madera.

Desde 1999 hemos evolucionado, la familia ha crecido y la cuarta generación de Peique ya forma parte de una tradición, de un concepto sostenible repleto de ilusiones. Nuestro objetivo es mantener la calidad y filosofía de siempre. Con calma y buen hacer pretenden cuidar la tierra y los vinos. Una búsqueda constante de satisfacción y capacidad para transmitir la misma alegría que nuestros padres y antepasados nos generaron cuando eran unos niños.

LOS VINOS DE FINCA DE LA FAMILIA PEIQUE EN EL BIERZO

La innovación forma parte del apellido Peique, entendiendo la misma como la creación de nuevos conceptos o formas de trabajo y comprensión del viñedo a partir de la tradición. Por ello, en 2019 hemos embotellado nuestros primeros Vinos de Finca: El Olivar y Cova de la Raposa. Dos vinos procedentes de viñedos centenarios en Valtuille, que hablan de la viticultura en el Bierzo, de la personalidad de la uva Mencía, y que son un homenaje a la tierra donde han nacido y a nuestra familia.

La elaboración de los Vinos de Finca fue diferente a cualquiera de los otros vinos de Mencía que los Peique creamos en Valtuille. Una búsqueda de la delicadeza, la expresión como punto de partida y la puesta en valor del terruño del Bierzo. La fermentación se realizó en barricas abiertas de 500 litros de roble francés y fue guiada por las levaduras indígenas que proceden del viñedo dando lugar a una fermentación espontanea, al libre albedrío del vino. Posteriormente a la fase fermentativa se mantuvieron los hollejos y los raspones durante diez días en las barricas. A continuación se extrajo el vino y se trasegó a otras barricas cerradas de 500 litros donde realizó la fermentación maloláctica y una crianza posterior de 16 meses.

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